Predecepción

 

Huidas que son coartadas perfectas de crímenes no cometidos. 

La predecepción que sin estar recogida en la RAE existe (para mí) como argumento para escapar de aquello que puede o no suceder, puede o no doler. 

Así emprendí el último viaje, sabiéndolo pero sin afirmarlo en voz alta para que no fuese evidente. Me fui buscando la paz que aquí me faltaba, necesitando respirar lento, soltar peso, caminar ligero, sentir que encajo en algún lado, aunque el lado no esté de esta parte. Buscando algo sin saber qué, pero teniendo la certeza de que si me quedaba no lo encontraría, más bien seguiría perdiéndome en mis horas grises. 

Rodeada de verde, de manzanos en flor, de cariño, de charlas sobre todo y nada, de naturaleza, recorriendo carreteras solitarias, volviendo a las cosas que me conectan conmigo. Sintiéndome plenamente en casa como sucede siempre que voy. Esta huida me trajo regalos sensoriales que me devolvieron un poco a aquellos días luminosos, instantáneas guardadas en la cámara de la memoria. Irme para sentir
paz siendo yo aunque solo fuese por unos días.