Adormecida

Llamadas que esperan ser contestadas. Cartas a medias que desean ansiosas el punto final. Mensajes sin respuesta. Citas que no se dan.

Todo queda sumergido en un eterno letargo del que sé que soy causante y responsable.

El tiempo como siempre con su arma de doble filo dándonos lo que queremos a unos intereses demasiados elevados.

Sé cuál fue el punto de partida, sin embargo queda tan lejos ya, que apenas puedo vislumbrarlo y me parece que el camino que me separa de él es demasiado largo como para volver a recorrerlo en busca de lo que dejé para después.

Llanto

"Rompes a llorar o rompes a reír, merece la pena hacerse añicos por estos sentimientos" 

Albert Espinosa.

La melodía de un piano que suena y que te estremece, cada nota parece acariciar las fibras de tu persona y empiezas a llorar para liberar el alma, la mente o el corazón. O los tres a la vez.

No termino de acostumbrarme y me pregunto si alguien alguna vez lo hará. Lloras en silencio, lloras con ganas. Lloras por pena, por nervios, por alegría. Lloras por la primera vez que sucedió y por la que ya no volverá. Lloras porque te brota de dentro la tristeza que emana el corazón dolorido. Lloras por el dolor físico y por la impotencia. Lloras por no llegar o por lo que termina sin más. Lloras porque es la antítesis de la risa y a veces es necesario y otras obligado. Lloras cuando menos te lo esperas y sabes que debes hacerlo, dando vía libre a todos esos sentimientos que se agolpan por salir, que fluyan te dices, que salgan fuera arrastrados por las lágrimas y así desprenderte de una parte de ellos dejando de nuevo espacio para lo que haya de venir. 

Y sin embargo nunca se está preparado, cada vez es como la primera, el entrenamiento de nada sirve en este caso, no se puede estar predispuesto para el momento en que sucede. Luego sin darte cuenta, todo cesará.

Cediendo

Cuando fotografié esta señal, pensé que estaría bien darle algún significado, que contara alguna historia, pero hasta hoy no había podido. Me fallaba la inspiración.

Cederle el paso al amor, dejarse querer y querer a su vez a alguien que te complemente, es lo que, según me ha dicho cierta persona, busca todo el mundo pero no siempre sucede, una posibilidad entre un millón.

Ceder el paso a ese torbellino de sentimientos que van surgiendo, en este caso, no es una opción, hay evidencias que no se pueden negar, hay señales que sería de locos rehuir.

Al final la certeza hizo acto de presencia.

No os saltéis esta señal y ceded el paso...

En mi memoria

Otro año más sin ti y sin embargo aunque no estés, estás.