Duelo

Esta noche han vuelto a abrir sus puertas todos los infiernos de la primera tristeza... Porque en el duelo nada se mantiene quieto. Uno no deja de salir de una fase que siempre parece repetirse. Una y otra vez, todo vuelve a ser igual. ¿Acaso camino en círculos, o debo tener la esperanza de que ando siguiendo una espiral? Pero, en caso de que así sea, ¿subo o bajo por ella?

C.S. Lewis

La tristeza no es lineal... es circular y recurrente. En cierto sentido, tendrás que vivir con esa pérdida durante el resto de tu vida. Un proceso lineal sugiere que dejas la pérdida a tus espaldas y la superas por completo, sin prestarle más atención. En realidad, lo que sucede es que tu vida se amplía y la pérdida queda integrada en ella.

Más allá del dolor

Voces

- “No deberías exigirme tanto, no es justo. Esta no es manera de vivir, todo el día pendiente de si cumplo o no con tus expectativas. Sometida a una presión impuesta que no me deja descansar.

Te lo he dicho, es demasiado y tarde o temprano no podré más y no sé cómo va a terminar todo esto…” -

Se repetía estas palabras mientras conducía, como si se las dijese a alguien sentado a su lado, pero estaba sola, completamente sola. Ni siquiera oía la voz de la locutora de radio que anunciaba con gran interés los siguientes temas de la tertulia – (…) Wikileaks destapa nuevas confidencias sobre el gobierno norteamericano (…) hoy estará con nosotros el último premio nobel de literatura (…) - .
Tampoco escuchó el frenazo del coche hasta que embistió al suyo. Ensimismada en sus justificaciones no se percató del stop que no había hecho.
Con el cuerpo en una posición antinatural, apenas podía respirar. En su cabeza no sonaban las sirenas que se iban acercando sólo la voz que esta vez le decía “deberías estar más atenta, siempre andas con la cabeza llena de pájaros…”

Punto y aparte

Ella sabía que el dolor tarde o temprano desaparecería. Era de la opinión de que pesa demasiado para cargar con él durante mucho tiempo y que además el complejo sistema que forma al ser humano, tiene mecanismos bastante asombrosos que van borrando o atenuando los malos recuerdos. Es una especie de compresor de archivos, así el dolor se vuelve más ligero y a veces es casi imperceptible, permitiéndonos continuar con nuestro camino e incluso retomar algún otro que en su momento abandonamos.

El caso es que ella lo sabía, y como lo sabía no le extrañó volver. Durante mucho tiempo esperó a aquellas palomas mensajeras que cargadas de papeles atados a sus patas le hicieran llegar las explicaciones oportunas, los pensamientos encerrados. En ocasiones también deseó ser ella la que volcara en palabras escritas todo lo que su historia la había hecho sentir. Siempre se decía que era como una cura para el alma, que así se liberaría. Pero, poniendo como excusa la falta de tiempo o el no encontrar el momento adecuado, nunca se atrevió a hacerlo.

Una vez planeó una comida juntos, una sobremesea distendida que le diera pie a expresar libremente lo que siempre había querido, aquellos sentimientos castigados a permanecer en un rincón. Casi estuvo a punto de llevar a cabo el plan pero llegó el desastre. El ciclón que lo arrasó todo, dejando sólo un paisaje desolado a su alrededor y separándolos como nunca imaginaron.

No pensó que hubiera vuelta atrás, y quizás no la había. Tal vez lo que vive hoy no es un regreso, es un punto y aparte. Un nuevo comienzo. Pero vuelve a sentir miedo.

Y si los hilos invisibles que los unen ya no son suficientes...

Ella sigue en su burbuja, cada vez más grande. Ha perdido las ganas de salir, y apenas deja que entre nadie, pero le gusta llenar su espacio con fotos y música que alivan la pena y hacen menos amarga la reflexión.

De momento - dice - ya lo ves, te espero y no espero nada, no quiero ni una palabra más, sólo déjame estar...