sábado, 7 de diciembre de 2013

Catarsis

Hacía frío aquella mañana cuando salió de casa. Nada le hacía presagiar que no volvería a vivir de nuevo allí. Giró en la esquina, tomó un taxi y se encaminó hacia el aeropuerto. En la radio se oían las voces de los niños de San Idelfonso cantando la lotería de Navidad, quizás el décimo que le llevaba a su padre resultara premiado. Pensó en lo agradable que sería volver a reunirse con su familia, tenía ganas, estaba feliz. Subió al avión y en cuestión de unas horas llegó de nuevo a su isla. 
Luego su mundo, su vida, se detuvo, para cambiar por completo y dejar de pertenecerle.
El décimo no salió premiado, las navidades no fueron lo que esperaba. Su cuerpo dijo que no podía más, se rindió y ella ya no regresó a aquel piso, ni volvió a pasear por delante de la Giralda de camino al trabajo. No hubieron más pacientes, ni más charlas nocturnas con su compañero italiano. Todo quedó suspendido aún a sabiendas de que no lo retomaría.
Seis años después, da gracias al cielo por lo vivido. No ha sido fácil, ni lo será, pero se sigue vistiendo con una sonrisa. Ha aprendido, ha perdido y ha ganado. Está en paz. Y quién sabe, quizás un día todo vuelva a cambiar y vuelva a tener una vida.

martes, 3 de diciembre de 2013

Abrazos

Dejé de dar abrazos, dejé de querer sentir cariño y me olvidé de cómo se hacía. Busqué otras maneras de expresarles a los demás que los quería, que eran importantes para mí, para ello hice uso de mi imaginación, cociné, regalé, fotografié, escribí...pero evité el contacto físico y desaprendí lo que todos solemos hacer cuando somos cariñosos.
No fue una elección personal, no me di cuenta hasta que me veía rechazando esos gestos, lo vivido a veces te marca sin darte cuenta. Ojalá no hubiera sido así, sin embargo uno no elige lo que ha de venir, sucede sin más. 
Pero siempre he tenido una excepción, los niños, con ellos me resulta natural, casi necesario. Y ahora, existen ciertas personas que sin ser niños, me despiertan ese deseo, abrazarlos es como un bálsamo, como un momento de paz y siento que vuelvo a aprender. 

lunes, 5 de agosto de 2013

Felicidad

Mi felicidad tiene nombre guanche, unas pestañas larguísimas y arrastra una pequeña manta para dormir. 
Siente miedo a la oscuridad y pide que le expliquen todo.
Esta felicidad está aprendiendo a expresar sus pensamientos en palabras y en hechos, librando batallas diarias en las que intenta ganar el pulso a las normas de los adultos, qué ingenuidad...la de los adultos.
Mi felicidad me pide que no le cuente cuentos para dormir donde aparezca el lobo porque no le gusta; no sabe que yo duermo con uno.
Una felicidad que encierra retos, incluso a nivel profesional, capaz de abarcarlo todo siendo tan pequeño.
Mientras duerme pienso que es un héroe, con sus pequeñas manos y su sonrisa consigue salvarme cada día.

jueves, 1 de agosto de 2013

Noches

       
"La noche debilita los corazones, noches de funeral, de vino y rosas..."
En la noche encuentro la calma que le falta a mis días, las sensaciones son más intensas y todo adquiere otro matiz. 
Pienso porque no puedo dormir, o no duermo porque pienso. El caso es que mi cabeza se llena de ideas, de recuerdos de una vida mejor. 
En la tranquilidad de esas noches, cuando el miedo duerme y el futuro se vuelve incierto pero esperanzador, me vuelvo un poco más fuerte, me hago promesas y asumo nuevos retos.
Pero la noche pasa, se abre camino el día, y este corazón debilitado recoge su coraza y vuelve a la lucha.

lunes, 29 de julio de 2013

Verde esperanza

Verde esperanza, la luz al final del túnel... 26 días de debilidad física que parecen dar paso a cierta mejoría, días de perder la cordura, la razón y la capacidad física y mental. 
El cuerpo es una máquina perfecta, cualquier ataque externo puede ser devastador. Pero los mismos que sin querer hacen algo inapropiado son los que luego pueden ofrecerte la solución. 
Una prueba más, otra de tantas...el ánimo se ha visto mermado, seriamente amenazado, pero vuelve a resurgir, él y yo volvemos a ponernos en pie, otra vez. Queda camino por recorrer, quedan obstáculos por superar, más pronto que tarde necesitaré ese verde nuevamente, se acerca otro túnel.

viernes, 3 de mayo de 2013

Un día especial

Hoy es uno de esos días en los que esperas que sucedan cosas... lo sé, no debería esperar nada, pero hoy como cada año no pude evitarlo. Esperar que fuera diferente, que como desean algunos, sea especial. Intento quedarme con lo bueno, con lo positivo, pero a veces cuesta mucho mantener la sonrisa cuando la tempestad anida dentro y amenaza con devastarlo todo. Sigo intentándolo, lo prometo, pero cada día, cada año, me cuesta más. 
Hacerse mayor implica muchas cosas, pero la verdad es que nunca pensé que fuera tan difícil vivir la vida que no he elegido.

miércoles, 2 de enero de 2013

Sigues aquí

Dice la gente que nadie es imprescindible, en parte llevan razón. Sin embargo existen personas que cuando se van para no volver te dejan un agujero en el alma imposible de llenarse y menos aún de cerrarse.

Ahora, hablamos de ti con más normalidad, como si al caer la tarde fueras a volver de una de tus largas caminatas diarias. Incluso adoptamos algunas de tus costumbres o de tus dichos. Pero sigo sintiendo que con tu partida se fue un trozo de nuestra unidad, aquellos hilos invisibles que nos mantenían unidos y que tú sujetabas firmemente amenazan con romperse y ya no sólo nos faltas tú, sino además ese efecto que conseguías en nosotros con sólo tu presencia. 

No voy a prescindir de ti porque me resulta imposible y además no quiero, me aferro a tu recuerdo aunque vaya en contra de lo que dice la gente. 


martes, 1 de enero de 2013

Otro año más


El 2012 trajo consigo dos ingresos hospitalarios, una excedencia laboral, un gran verano, algunas decisiones importantes, varias recaídas, físicas y emocionales, nuevas e inesperadas amistades, un par de descubrimientos y la certeza de que a pesar de no ser un buen año han habido cosas, personas, lugares, sensaciones y vivencias inolvidables y ya sólo por eso pasará a formar parte del libro de recuerdos personales que cada vez se hace más grande.
No sé lo que me depara este nuevo año que comienza, ni siquiera tengo claro mis propósitos, lo imagino y a ratos  me da pánico y otros ilusión. El mundo no para de girar, la vida no deja de pasar, quién sabe lo que tendré qué decir dentro de 364 días.

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