Agua!
Agua!
Tocada!
Tocada!
Agua!
Hundida!
Agua!
Tocada!
Tocada!
Agua!
Hundida!
El 3 a 1 no me ayuda a reflotar.
Ha sido como un juego, hasta que el dolor hizo acto de presencia y caímos en la cuenta de que era más real de lo pensado.
Dices que no me entiendes, y ya no sé en qué manual mirar para ayudarte.
Tu mirada me desarma, siempre de varias formas, hoy me deja muda, inmóvil, incapaz.
No puedo pensarte más, acaso ¿merece la pena? no termino de tenerlo claro, los ejemplos que se me muestran no son tan buenos consejeros. Todo cuesta algo, nada es para siempre, es condición del ser humano, etc, etc y sin embargo olvidamos para poder empezar de nuevo, o quizás empezamos de nuevo para olvidar, misterios que se quedan por resolver porque hoy no me apetece pensar más, me canso de esperarte, de ubicarte, de tratar de ver más allá.
Puede que el 3 a 1 sea definitivo y el resultado sea el merecido. Ya no muevo más fichas, estoy sumergida, a la espera, o simplemente hibernando en pleno verano.
1 comentario:
Yo no soy árbitro. Pero si fuera tú expulsaría del campo de juego a todos esos ejemplos de los que hablas. Cada partido es único... Y a veces la victoria llega en la prórroga... o incluso los penaltis. Un besito!
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