jueves, 10 de febrero de 2011

Madrid

Regreso a casa. Aún quedan días por delante para descansar. Los que dejo atrás han sido mágicos e inolvidables a partes iguales.
En el cuerpo la resaca del cansancio físico. Y en el alma la de sentimientos encontrados, compañías anheladas y sobre todo la serenidad que provoca el saber qué significa la amistad y tener además el privilegio de poder ponerle cara a ese concepto.
He revivido y he descubierto emociones y recuerdos que ahora llevo en mí o en algunas fotografías.

Madrid sigue siendo la misma, sus calles abarrotadas, miradas que no miran, prisas para llegar a la vuelta de la esquina, desconfianza, frío no sólo estacional...
Ahora los e-books sustituyen a los libros en los vagones de los metros, las obras en las calles casi han desaparecido y los inmigrantes dejaron atrás los instrumentos musicales y los amplificadores para pasarse a discursos muy entrenados en los que apelan a la compasión y la solidaridad, valores que en el metro y en la calle se extinguen con el frío aunque los termómetros marquen una máxima de 23ºC...

Madrid siempre será Madrid con su riqueza y su miseria tratando de equilibrar la balanza. Todo un espectáculo para nuestros sentidos.

martes, 1 de febrero de 2011

Descanso

Forzadas, más bien algo apresuradas pero igualmente deseadas y muy necesarias. Así han llegado mis vacaciones.

El descanso en todos los sentidos, objetivo primordial de las mismas y la recuperación física también, aunque esto, sabiendo como va el tema, está por ver. Quién lo quiera comprobar que se cambie conmigo un fin de semana que es cuando más divertido se pone todo.

El caso es que aquí están. Y tengo un poco de angustia he de reconocerlo. Siempre me pasa igual, el pensar si las sabré aprovechar, si me cundirán como espero y todas esas tonterías con las que me lleno la cabeza van generando un pequeñito estrés al que intento no hacerle caso.

De momento hay un viaje planeado, algunas recetas pendientes de poner en práctica, un par de pequeñas reformas en casa, visitas al médico (esto no podía faltar en mis vacaciones), unas cuantas lecturas y películas pendientes y por supuesto sacar fotos, ahora que la isla se está poniendo sus mejores galas.

A mí me suena bien, es más me gusta. Lo único que espero es que lo que me han dado por cuerpo no de mucho la guerra y me regale un merecido descanso. ¿Te parece que hagamos un trato?

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