sábado, 25 de enero de 2014

Tiempo de ser valiente

Llevaba tiempo esperando esa llamada y ahora que ha sucedido mi mente no puede parar de pensar en la incertidumbre que ello conlleva. 
Durante la espera, no había querido darle vueltas a nada, sólo quería que sonase el teléfono y que al fin se produjese el cambio. Hasta ahí limitaba mi pensamiento. Pero ahora...ahora todo cae precipitado a un enorme abismo. Y sé que no tengo el control y que todo sucede cuando tiene que ser, ni antes ni después, aunque nos parezca increíble, así es, "todo tiene su tiempo y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora..." pero caigo en el error de pensar que justo ahora no es buen momento, que no tengo fuerzas ni ánimos suficientes para afrontarlo. Y una vez más termino dándome cuenta que no siempre las batallas llegan cuando tenemos toda nuestra armadura puesta y andamos listos y prestos para la lucha, sino cuando creemos que no podremos. Porque es la única manera de asumir que la victoria no radica en nuestra fuerza humana. Que así sea, es tiempo de ser valiente.

"Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora:
 Tiempo de nacer
y tiempo de morir,
tiempo de plantar
y tiempo de arrancar lo plantado, 
 tiempo de matar
y tiempo de curar,
tiempo de destruir
y tiempo de edificar, 
 tiempo de llorar
y tiempo de reír,
tiempo de hacer duelo
y tiempo de bailar, 
 tiempo de esparcir piedras
y tiempo de juntarlas,
tiempo de abrazar
y tiempo de abstenerse de abrazar, 
 tiempo de buscar
y tiempo de perder,
tiempo de guardar
y tiempo de tirar, 
 tiempo de rasgar
y tiempo de coser,
tiempo de callar
y tiempo de hablar, 
 tiempo de amar
y tiempo de aborrecer,
tiempo de guerra,
y tiempo de paz."   Eclesiastés 3:1-8

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