Febrero se ha ido, y con él un cariño elegido, uno de esos en los que te parece que la otra parte ha puesto más de lealtad que tú misma y en los que decir adiós es la única opción y la última expresión de amor.
Se ha ido, pero también trajo consigo una nueva batalla y la necesidad de aceptar los cambios que todavía perdurará en este mes que ahora comienza. La capacidad de adaptación siempre me parecerá indispensable para la supervivencia.
29 días esta vez que han supuesto más de una oleada de sentimientos, no sabes lo expuesta que estás hasta que sucede algo de tal magnitud que un día parece no tener fin. Te das cuenta que has avanzado, que eres capaz de nuevos retos, de no traicionarte, pero también vuelves a descubrir que eres más vulnerable de lo que esperabas. Y aquí estoy de nuevo haciéndome preguntas que no quiero responder, buscando dentro y fuera de mí el equilibrio, repitiéndome a modo de mantra “mereces ser feliz”.
1 comentario:
Doy fe que la mereces, y que a ciertas horas reaparece tu sonrisa en mis sueños... El mero hecho de quebrantar mi sosiego consigue acelerar los bpm de mi corazón. Sólo eso,ya me haces feliz.
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