Te lo debía. Hace ya un mes que estás con nosotros y aún no te había dedicado unas palabras de bienvenida.
Como imaginé, eres la luz que todo lo ilumina. Con tan solo verte se me olvidan los problemas cotidianos y ya no escucho el ruido del mundo.
Te acuno en mis brazos y si se abren y me miran tus enormes ojos se me dibuja una sonrisa de absoluta felicidad.
Todo en ti es bello, incluso cuando te arrugas y rompes a llorar sigues siendo bello. Pequeño ser indefenso, ávido de cariño. Es imposible no quererte, no desear protegerte.
No sé si serás tú el que te agarres a nuestra mano para seguir el camino, o seremos nosotros los que desesperados nos aferremos a la tuya para no caer. De momento y sin saberlo a más de uno nos has salvado del desastre. Eres nuestra esperanza, nuestro tesoro.
Bienvenido Himar.
Como imaginé, eres la luz que todo lo ilumina. Con tan solo verte se me olvidan los problemas cotidianos y ya no escucho el ruido del mundo.
Te acuno en mis brazos y si se abren y me miran tus enormes ojos se me dibuja una sonrisa de absoluta felicidad.
Todo en ti es bello, incluso cuando te arrugas y rompes a llorar sigues siendo bello. Pequeño ser indefenso, ávido de cariño. Es imposible no quererte, no desear protegerte.
No sé si serás tú el que te agarres a nuestra mano para seguir el camino, o seremos nosotros los que desesperados nos aferremos a la tuya para no caer. De momento y sin saberlo a más de uno nos has salvado del desastre. Eres nuestra esperanza, nuestro tesoro.
Bienvenido Himar.
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