miércoles, 21 de enero de 2009

Destruyendo y construyendo


De mi época en Madrid, tengo muy buenos recuerdos, sobre todo aquellos que tienen que ver con mis clases de psicomotricidad, muchos de nosotros terminamos el curso sin saber bien en qué consistía esa disciplina pero con la certeza absoluta de haber invertido bien nuestro dinero, porque al menos a nivel personal nos sentíamos plenos.
Lo mejor era poder ir a clase con los niños y disfrutar con y de ellos, en un espacio libre para hacer lo que se les antojase.
Solía prepararles una pared de módulos para el inicio de las sesiones, sus caras al entrar y verla, lo decían todo, deseaban correr hacia ella y echarla abajo, luego, una y otra vez, volvía a colocar esos módulos, haciendo torres, y una y otra vez alguno venía y las destruía...lo mismo pasaba si otros niños decidían hacer casas, o cualquier otro tipo de construcción, siempre había uno, dos, tres, o más, que encontraban más divertido desbaratarlas, pasaba, que al final el grupo de los destructores ganaba más adeptos que el de los creativos ¿por qué?
¿Por qué empeñarse en destruir con lo bonito que es crear? he estado pensando en eso, y he llegado a mi conclusión, destruir no tiene porqué ser algo negativo, muchas veces es gratificante, y lo mismo pasa con crear, no siempre es positivo, hay momentos que incluso se vuelve frustrante...Mis niños necesitaban destruir y se sentían felices, les provocaba placer tirar una y otra vez las cosas, romper, deshacer, pero también eran capaces de llevar a cabo tareas de creatividad y estar igual de felices que antes. Creo que el problema está en el principio de esa frase, en el empeñarse...esta palabra encierra mucho qué decir, puede ser buena o mala dependiendo del contexto en el que se aplique, por eso empeñarse en destruir puede ser igual de perjudicial que empeñarse en crear, al final como siempre todo sigue siendo cuestión de equilibrio.

3 comentarios:

Alber dijo...

Yo era de los que lo destruía todo... pero creo que era por envidia.. porque era incapaz de construir algo que se acercase remotamente a lo que hacían los demás...

Porsela dijo...

Recuerdo mi momento de mayor placer destructor. Después de una asadero fuimos a una fábrica de galletas abandonada. El lugar estaba lleno de botellas vacías y nosotros también teníamos las nuestras. No sé cuántas botellas de cerveza lancé contra aquella pared, pero nunca me he desahogado tanto.

Dácil dijo...

Exacto! crear no siempre es gratificante! y destruir castillos de arena si que lo es! jaja! o destruir bolas de nieve en los demás!!...

Web Stats